Este año sentar presencia en Expocruz demandó unos Bs 150.000. El dinero no lo pusieron directamente los artesanos participantes sino sus municipios y, como hubo recortes, solo una veintena (25 para ser exactos) pudo exponer. Aun así el encargado Arturo Saldías está optimista.
Santa Ana, San Ignacio, San Miguel, Concepción, San José y San Antonio exponen productos para la venta como orquídeas (mientras se hace propaganda para el festival venidero), artesanías, tejidos, tallados en madera, muebles y semillas superalimenticias. Anoche prácticamente todos los adornos de pared tallados desde Bs 1.500 a 4.500 lucían letreros que anunciaban que ya habían sido vendidos.
El escultor y luthiers Armando Landívar que participa desde la primera versión del stand (hace 18 años) siempre dice: “Yo vendo más después de la feria. Siempre me voy sin cuadros, pero después me siguen llamando y comprando”.
Él y sus demás compañeros inauguraron anoche el stand y tienen lista su estrategia para rematar todo la última noche para irse como les gusta: con las manos vacías
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